Y no me refiero a lo pobres, los ancianos, la gente que habita en otros continentes o, incluso, los indígenas de zonas rurales no muy lejanas a nosotros. Me refiero a las personas que se encuentran a nuestro alrededor, con las que convivimos día a día, gente que de verla tan seguido se ha vuelto 'invisible': el vecino, el amigo, el compañero de trabajo, la propia familia y también, en mi caso, los alumnos.
Y es que, de pronto, creemos que con 'redondear los centavos' en las tiendas, hacer donaciones, regalar ropa que ya no utilizamos, entre otras acciones más, ayudamos a las personas, lo cual es un buen acto pero, si miramos detenidamente nuestro entorno podremos notar que personas cercanas a nosotros necesitan de cosas que pueden resultar menos costosas o complejas de realizar.
Por ejemplo: el saludo al vecino, o compañero de trabajo, acompañado de una gran sonrisa, son hechos que cada vez se observan menos en la sociedad; la visita a familiares enfermos o de edad avanzada, destinar tiempo específico para convivir plenamente con la familia o cinco minutos de nuestro tiempo para observar, preguntar y escuchar algún problema de nuestros alumnos, sobre todo con aquellos que pasan por la etapa más compleja de la vida: los adolescentes.
En estos días descubrí un suceso que me impactó: una de mis alumnas se corta los brazos. Fue una sensación extraña y triste, me quedé más tiempo del que acostumbro en la escuela para platicar con ella y tratar de ayudarle, pero realmente me he estado preguntando: ¿Cómo puedo ayudarle? ¿Qué puedo hacer por ella? Me puse a investigar un poco y esto fue lo que encontré: se llama "Automutilación" ...Este padecimiento se utiliza a veces para aliviar dolores emocionales fuertes, ya que es más fácil controlar el dolor físico que el emocional. La sensación de dolor produce una cierta liberación de ansiedad. Muchos adolescentes de todo el mundo se realizan heridas (cortes o quemaduras, o hasta beber su propia sangre) en momentos de crisis o de sufrimiento, porque el dolor físico les ayuda a soportar su sufrimiento psicológico. En otras circunstancias la automutilación se utiliza para sentir poder sobre uno mismo.
Después de escuchar algunos problemas que tiene, se me ocurrió ofrecerle la consulta con un psicólogo, a lo cual ella aceptó llorando. Es realmente triste darse cuenta de que muchos nos hemos vuelto fríos, insensibles, apáticos, ante los problemas de los demás, ojalá que se pueda hacer algo en beneficio de esta alumna antes de que sea demasiado tarde, porque como maestros, nuestra labor no sólo queda en facilitarles el aprendizaje, esta profesión va más allá de los conocimientos académicos y me parece que esta es una gran oportunidad de demostrarlo.
¿Cómo ayudarlos?, es una excelente pregunta. Me parece que es algo muy difícil, más en éstos días en lo que ya no se sabe si confiar o no en la gente.
ResponderEliminarConcuerdo con que es muy complicado ayudar a los adolescentes en sus problemas, algunas veces sólo necesitan platicar con alguien que los oriente, sin embargo no estamos entrenados para eso, y aunque parece sencillo sólo escuchar, en realidad es difícil, y más intentar dar un consejo útil, sobre todo en problemas familiares; creo que lo mejor es canalizarlos con un orientador...
ResponderEliminarHay Moni, el ser docentes implica muchas cosas y no solo enseñar, es muy difícil ayudar a nuestros alumnos y más cuando los padres y la familia son realidades separadas.
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ResponderEliminarDesafortunadamente, en algunos casos no sólo los problemas familiares son quienes los orillan a realizar estas acciones, yo me he percatado, que también es porque observan a sus mismos compañeros o amigos hacerlo, e incluso sacan las ideas de un programa que transmiten en televisa, que lejos de cumplir con la función de orientar sobre la problemática adolescente que se vive en nuestros días precisamente para que se evite, para los jóvenes, es como una invitación a cometer locuras de ese tipo sólo por curiosidad.
ResponderEliminarLo afirmo porque lo he presenciado muy de cerca con varios adolescentes, y al preguntarles que de dónde sacan o ven las ideas, me han comentado que es en gran parte de ese programa y una que otra de internet.
Por lo tanto, creo que lo más importante, es orientar a nuestros alumnos, para que eviten este tipo de acciones, aunque cuando ya es algo que está más allá, de nuestras posibilidades de solución que podamos ofrecer, lo mejor es transferir el caso con alguien más capacitado para su solución.
Hola Moni, muy cierto lo viable es canalizar a los adolescentes con este tipo de problemas con el psicólogo u orientador. Los programas de tutoría, que por lo menos en mi bachillerato son nuevos, de orientan hacia 4 áreas de intervención: procesos de enseñanza-aprendizaje, prevención y desarrollo, atención a la diversidad y ? Pero en verdad en cada una de nuestras escuelas se conoce y se trabaja en ello. Desafortunadamente existimos instituciones en las que apenas si contamos con una planta docente que cubra el trabajo académico pero y la educación emocional. En verdad gran dilema.
ResponderEliminarPero como menciona Omar, muchas veces la mejor ayuda es escucharlos pues ´sabran que existe alguien que está dispuesto a hacerlo.
La labor docente sin duda no termina al sonar el timbre de salida, bien dijo un profesor, el ser docente nos lleva a ser figuras públicas. Debemos involucrarnos con los alumnos y con las familias.
ResponderEliminarDesconocía sobre este tema; los jóvenes con tantas broncas emocionales, tantos cambios físicos, es importante conocer como docente todas estas problemáticas a las que se enfrentan para poder ayudarlos. como dices, muchas veces basta con escucharlos, preguntarles cómo se siente, y ahí es donde se da cuenta uno que traen muchos problemas en la cabeza. Muchas gracias por la información.
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